viernes, 8 de octubre de 2010

Porqué Somos Tan Malos Orando en Privado?


Empecé a leer el libro de Darrin Patrick del ministerio Acts 29 titulado, “Church Planter: The Man, The Message, The Mission” (Plantador de Iglesias: El Hombre, El Mensaje, La Misión). En el capítulo 4 llamado, “Un Hombre Dependiente,” el autor escribe lo siguiente sobre una de las razones por las que somos tan malos orando públicamente,

Porqué es tan fácil ser magnífico en la oración pública y terrible en la oración privada? La lógica de Jesús en Mateo 6: 5-6 explica esta dicotomía: se trata de un tema de recompensa. Para ponerlo simple, somos inmediatamente recompensados por orar bien en público, pero no lo somos por orar en privado. Las oraciones públicas son frecuentemente alabadas por aquellos que están a nuestro alrededor que están impresionados por nuestra habilidad oratoria. Las oraciones públicas son frecuentemente encendidas por la emoción del momento en lugar de por la realidad de lo eterno. Por lo tanto las oraciones públicas están más frecuentemente conducidas por la actuación que por la pasión, por la gente más que por Dios.

La oración privada es la que revela la condición espiritual verdadera del corazón humano. Oramos en privado por lo que Dios pueda hacer por nosotros o por un mejor entendimiento de Dios? Oramos por estar más cerca de una mejor (i.e., más fácil, más confortable) vida, u oramos para estar más cerca de Dios?

Qué revelaría nuestra vida de oración privada?


Tomado de AQUÍ