Es imposible saber con certeza qué hubiesen hecho algunos personajes bíblicos de haber vivido en nuestra época, pero al menos podemos tener una idea aproximada de cómo hubiesen reaccionado a algunas de los recursos con que contamos hoy, por el carácter que se muestra de ellos en las Escrituras.
Pensemos por un momento en Juan el Bautista y el uso del Facebook, a la luz del cuadro que se pinta de él en Juan 1:19-27.
‘Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén a preguntarle: ¿Quién eres tú? Y él confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Entonces, qué? ¿Eres Elías? Y él dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No. Entonces le dijeron: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? El dijo: Yo soy LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: “ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR”, como dijo el profeta Isaías. Los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, pero entre vosotros está Uno a quien no conocéis. El es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia’.
En uno de los post anteriores dijimos que uno de los peligros del Facebook es que promueve la cultura del narcicismo. Decía en aquella ocasión:
‘El Diccionario de la Real Academia define el narcisismo como: “Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras”. Otra acepción es: “Hombre que cuida demasiado de su adorno y compostura, o se precia de galán y hermoso, como enamorado de sí mismo”.’
‘Yo no estoy diciendo que todo el que hace uso del Facebook es un narcisista, pero es indudable que se trata de un instrumento que puede convertirse fácilmente en un vehículo de auto promoción’.
Y si hay algo claro en este pasaje con respecto a Juan el Bautista, es que evitó a toda costa promoverse a sí mismo. Cuando le preguntaron quién era él, de inmediato llevó el pensamiento de ellos a la persona de Cristo: “Confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo”.
Luego le preguntaron si él era Elías o el profeta, y simplemente respondió: “No”. Finalmente le preguntaron directamente: “¿Quién eres?… ¿Qué dices de ti mismo?” Esa pregunta les fascinaría a muchos usuarios de Facebook, sobre todo si tuvieran tantas cosas extraordinarias que decir de sí mismos, como era el caso de Juan.
Su nacimiento fue sobrenatural (su papá era un anciano y su madre era estéril), su nombre fue revelado a sus padres por el ángel Gabriel, fue lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre (Lc. 1:15), fue el precursor del Mesías, vivió en el desierto comiendo langostas y miel silvestre.
Pero nuevamente volvió a dirigir la mirada de sus interlocutores a la persona de Cristo:
‘El dijo: Yo soy LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: “ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR”, como dijo el profeta Isaías’.
Y cuando insistieron en preguntarle por qué bautizaba si él no era el Cristo, ni Elías ni el profeta, su respuesta fue la misma: “Miren a Cristo”:
‘Yo bautizo en agua, pero entre vosotros está Uno a quien no conocéis. El es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia’.
Me pregunto qué diferencia habría si los usuarios de Facebook, que profesan ser creyentes, imitaran a Juan el Bautista en esto. Creo que habría menos narcicismo en la red y más de Cristo.
© Por Sugel Michelén. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
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